LA NATURALEZA, EL ENEMIGO A BATIR

La ciencia “moderna” de la época, con toda su cultura e ideología civil termino considerando a la naturaleza como un enemigo hostil, transformable e incluso perfectamente perfeccionable por la industria y la tecnología que el hombre había creado con su ingenio, el cual le permitía ahora sí, vivir al margen de la misma, en un escalón superior e incluso desde ahí arriba combatirla, explotarla y manipularla a su antojo. Desde entonces el medico moderno que se impuso no vive en la naturaleza, sino en una lucha constante contra ella.

El químico francés “Pasteur” hizo sus estudios universitarios para lo que reamente quería dedicarse, la industria de la fermentación de vinos y cervezas, por eso de su nombre y su vínculo con la “pasteurización” cambiando más tarde al apoteósico negocio de las vacunas lo cual le produjo su salto a la fama, fortuna y conquista. Descubrimos entonces que él no era médico, por lo que tampoco conocía los principios y leyes que regían la medicina de su tiempo así que entendemos le resulto sencillo junto al apoyo de las grandes corporaciones desmarcarse y entrar en el ciclo de paranoia e industrialización de entonces. No conocía en absoluto lo que los médicos de la época conocían  el denominado “Vis naturae medicatrix”, (-un poder curativo de la naturaleza-, es decir, la puesta en marcha de una serie de mecanismos biológicos con el fin de defendernos de las agresiones provenientes del exterior). Jamás había tenido charlas con compañeros sobre la fuerza vital, ni conocía obviamente los mecanismos fisiológicos encargados del equilibrio orgánico interno. Asi poco a poco en base de sobornos y paranoia se formó una industria que iba a hacerse millonaria en base a la venta de toneladas de vacunas, antibióticos, antisépticos, desinfectantes, quimioterápicos, etc.

Los encargados después de implantar esta idea en la sociedad serian la publicidad, la prensa, todas ellas hermanas de la industria la cual se encargaría de manipular las mentes de los ciudadanos explicándoles que están rodeados de enemigos invisibles y en constante peligro, todo ello para que esos nuevos productos triunfasen en el mercado emergente. Se transmitieron noticias, de milagros curativos de vacunas, se hicieron películas para aterrar a los ciudadanos, se escribieron libros donde virus que amenazaban de muerte a comunidades enteras. Estos son solo unos ejemplos de ellos:

Pero entonces, ¿qué cambio? Aparte de la propaganda mediática extrema para inculcar esta nueva ideología y a partir de la segunda guerra mundial. Cambiaron:

  • Las creencias, antes se creía y practicaba la moral religiosa, por ser creyentes eran creacionistas, creían en la existencia de un ser superior omnipotente y creador del todo, creían que dios había diseñado el cosmos y todo era por lo tanto perfecto, con un diseño inteligente imposible de superar por ninguna facción humana y ante esa perfección los médicos anteriores a la invención de las vacunas pensaban que el hombre y los animales nacían sanos y bien formados siendo por lo tanto todo lo perfectos que podían ser y tenían toda la capacidad necesaria para realizar y cumplir con sus destinos biológicos. El poder natural de adaptación y de  supervivencia de los seres se conocía entonces como el “Vis Natural Medicatrix”, que se expresaba como una fuerza inteligente natural suficientemente capaz de mantenerlos vivos y permitirles realizar su destino en armonía con su mundo y el resto de los seres vivos de su entorno. La veneración de la naturaleza era total y todo conocimiento medico giraba en torno a los ciclos naturales, es decir conocer las propiedades de las plantas medicinales, su tiempo de recogida y sus cambios en el organismo. Para ellos la naturaleza no era un enemigo a batir o dominar, sino que era su mejor aliado contra la enfermedad y la única fuente de salud y de vida.
  • Pero este pensamiento empezó a ponerse en duda por los nuevos filósofos ateos y materialistas que proliferaron entre el siglo XIX y siglo XX. El hombre europeo en plena revolución industrial estaba experimentado y disfrutando de los avances tecnológicos y del poder del progreso, esos nuevos poderes que teóricamente nos ofrecían un poder titánico para hacer todo lo que deseásemos.

 

Por el contrario, a la pregunta, “que es la vida?” La bióloga Lynn Margus respondió.

“Bacterias” y añadía, “Cualquier organismo es en sí mismo una bacteria o desciende por una u otra vía de una bacteria, o es un consorcio de varias clases de bacterias", así pues, somos conscientes que vivimos en un sistema que las antiguas culturas llamaban “Madre Tierra” y un ecólogo moderno denomino “Gaia”, somos un microsistema, un micro-Gaia resultado de la evolución de miles de millones de años, lo micro y lo macro, sistemas dentro de sistemas ..la red de la vida.”

Lynn Margus

La revolución Industrial fue el momento idóneo para la implantación de esta nueva ideología, tras la guerra y la reconstrucción de un nuevo mundo mucho más avanzado y mejor. La excusa de la evolución y el desarrollo era el panorama perfecto para ello. La industria de como enfermar al rebaño humano para tener clientes y ciudadanos no libres había comenzado, una persona o sociedad enferma y amenazada no está para luchar por sus libertades ni derechos, solo se puede centrar en él y su salud, el plan era perfecto.

Aun así a pesar de la implantación debieron pasar a partir de aquí unos 20 o 30 años más para su absoluta aceptación ya que los resultados al principio no fueron los esperados obteniendo unas ventas bajas.  La gente tenía sus propias maneras de lidiar con las enfermedades e infecciones y desconfiaban de esta nueva industria rechazándola momentáneamente.

Para implantarlo de manera definitiva Rockefeller y sus corporaciones tuvieron la genial idea de que los gobiernos le apoyaran, no olvidemos que hablamos de inversores, personas con grandes cantidades de dinero e intereses. Así que cuando hubo una crisis financiera, estas instituciones fueron quienes rescataron a los gobiernos a principios del siglo XX y ahí es cuando quedaron condicionados, “os podemos ayudar, pero esta es la medicina que vais a promocionar y no os preocupéis porque nosotros lo vamos a pagar”, así lo hicieron, construyeron hospitales, universidades, residencias de ancianos, crearon literal, toda la profesión médica, lo pagaron todo, con la única condición a cambio de que los gobiernos compraran sus productos y los distribuyeran y vendieran a la gente, así empiezan en América, seguido después de Reino Unido, Europa, y a partir de aquí al resto del mundo.

Las medicinas usadas durante miles de años fueron repentinamente clasificadas como alternativas. En cambio, las nuevas drogas basadas en el petróleo, altamente adictivas y patentables, fueron declaradas el patrón oro.

Después de comprar la empresa farmacéutica alemana que fabricaba productos químicos de guerra para Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial, Rockefeller aprovechó su influencia política presionando al Congreso para que declarara las modalidades de curación natural como charlatanería científica. Cualquier mención de los poderes curativos de las hierbas plantas y dietas fue borrada de la mayoría de los libros de medicina. Tanto los doctores como los profesores que se opusieron al plan de Rockefeller fueron crucificados por los medios y siendo removidos de la AMA y despojados de su licencia para enseñar y practicar la medicina. Aquellos que se atrevieron a hablar fueron arrestados y encarcelados.

Curiosamente cuando empezaron a surgir pruebas de que las medicinas basadas en el petróleo estaban causando cáncer, Rockefeller funda inmediatamente la Sociedad Americana del Cáncer, a través de la cual logra suprimir esa información.

John D. Rockefeller está debidamente acreditado como el fundador de la industria farmacéutica y la razón de que actualmente la medicina sea la tercera causa de muerte en América. Esta no es una acusación contra los médicos, ya que estos simplemente aplican lo aprendido y están bajo el dominio del mayor Lobby de poder de presión de Washington.

Cada año la industria farmacéutica gasta en Lobbying más del doble que la industria del problema para influir las leyes. Ninguna industria tiene más poder sobre nuestras vidas que las grandes farmacéuticas.

Analicemos la teoría de la vacuna:

Se supone que es un producto creado para generar anticuerpos desarrollando así una supuesta inmunidad contra una enfermedad concreta. Lo curioso es que los médicos oficiales durante sus estudios y según sus declaraciones, afirman no haberles dedicado un tiempo prudencial a comprender lo que son, ya que se da por hecho que son un gran invento que ha salvado a la humanidad de enfermedades infecciosas y letales y por ello nunca se ha puesto en entredicho su eficacia o sus daños. Se ha convencido a los médicos de esta nueva generación de que estas sustancias eran necesarias, imprescindibles y estaban dedicadas a protegernos de multitud de enfermedades considerándose el tratamiento más moderno existente. En resumen, la definición es;

 “no trata la enfermedad, sino que la previene”.

Se dice que parte de un virus o bacteria, es inyectado en una persona y eso en teoría crea una respuesta inmune que protege a las personas de una posible infección de contraerla.

Niño vacunándose de la Viruela

Se utilizaban las vacas para la vacunación humana

Enric Costa

La idea principal de las vacunas es que vacunar es algo necesario que te protege de todo, y a su vez te salva de todas las enfermedades posibles y que a la larga esto no te va a generar ningún problema en la salud...

Pero ¿de dónde viene la palabra “vacuna”? Como su nombre aparenta tiene su origen en la vaca (vacuno) y viene de ella porque cuando comenzaron a desarrollarse se cogían las pústulas de la viruela de la vaca para poder inyectarlas en los humanos.

Pero ¿es seguro inyectarnos información en nuestro organismo que parte de otro tipo de biología que no es la nuestra y de otra manera que no es la que la naturaleza ha previsto para nosotros?  cuanto menos es sospechoso y extraño y más si partimos de que a lo largo de nuestra vida iremos inyectándonos cada vez más y más vacunas en busca de una supuesta inmunidad a la muerte y más aún la acumulación de tantas vacunas, antígenos, etc.. 

es extraño cuando comprendes que, en la nueva biología, estamos compuestos de infinidad de células, tenemos dentro de nosotros un micro biota, incluidos virus, bacterias, protozoos y que todo esto es parte de nosotros, por lo tanto, pensar que debemos bloquearlas y que son nuestros enemigos, es muy extraño.   ¿Para qué están ahí?.

Enric Costa en su libro “Iatrogenia” comentaba que ellos en la facultad de medicina sobre virus han visto muy poco y en farmacia sobre vacunas lo mismo. En microbiología (la ciencia encargada del estudio de los microorganismos no visibles al ojo humano), se suelen hacer cultivos de bacterias, pero virus por ejemplo no se ven nunca. En farmacología de las vacunas ni se habla porque no es una acción farmacológica. Por lo q tienes que creerla y actuar en base a ella.

La vacuna realmente no es un medicamento como tal, no sigue las reglas básicas del medicamento, al contrario, es un producto biológico que tienen una serie de protocolos, este se inyecta a personas sanas con la promesa de que les va proteger a lo largo de 10, 20, 30 años, y esto es una promesa no demostrada científicamente, estas inyectando a una persona sana sustancias extrañas en el cuerpo, lo más probable es que en vez de protegerle le cause problemas más o menos graves a lo largo del tiempo.

 

Y ¿qué pasa con el calendario vacunal Infantil?, Si nos guiamos por las exigencias actuales de vacunación oficial a un niño recién nacido y hasta los 18 meses tendrían que inyectarle al menos 30 o 40 vacunas, una barbaridad para un niño que tiene su sistema inmunológico todavía inmaduro, en un adulto ya puede resentirse muchísimo con tanta vacuna, en un niño de 2 meses puede provocar daños irreversibles, además que sabemos muy poco sobre la inmunidad humana incluso en adultos.

 

El calendario vacunal actual no tiene ningún sentido biológico porque un bebe recién nacido tiene los anticuerpos que recibe de la madre directamente y tarda entre 12-18 meses en empezar a elaborar sus propios anticuerpos y su propia inmunidad, ¿qué sentido tiene entonces introducir en el cuerpo desde los 2 meses distintas inyecciones de sustancias extrañas que el organismo va a ser incapaz de procesar? La respuesta es simple, tan solo debilitar el cuerpo de ese niño y generarle problemas a la larga que se irán manifestando en diferentes enfermedades y patologías.

Calendario Vacunal País Vasco en 2017

Antes de la era de la vacuna, la enfermedad adquirida de forma natural normalmente daba una inmunidad general y duradera, porque esta implicaba una reacción de más amplio espectro a la totalidad de las bacterias y sus toxinas. Recordemos que ser inmune en un grado u otro no evita que las bacterias se muevan por los alrededores y que supuestamente penetren por las vías respiratorias, así que en teoría nos vacunemos o no, estamos expuestos a la misma enfermedad.

Pero existe un concepto, el concepto del pecado original antigénico (POA) que lo acuñó el doctor Thomas Francis en el articulo On the Doctrine of Original Antigenic Sin, quien cobró popularidad en la época de la vacuna quien superviso e interpreto los resultados de la mayor (y más polémica) prueba de la vacuna de la historia explicando el fenómeno del POA.

En primer lugar, veamos cómo reacciona el cuerpo a una infección natural. Cuando la persona contrae una supuesta enfermedad infecciosa por primera vez y según la ciencia, el sistema inmunitario emplea sus poderes naturales, que implican sobre todo la inmunidad celular. De paso, se prepara para el futuro. Así que la vez siguiente que se acerca el mismo agente infeccioso, el cuerpo utiliza el recuerdo que tiene de la primera experiencia para poder reaccionar más
deprisa.

Pero el problema viene después de la vacuna, el cuerpo actuará como fue programado por la vacunación y esto es lo que quiere decir «pecado original antigénico» (POA).  Las bacterias secretan varias toxinas, una de las cuales solo emerge después de que se produzca la infección. Es la llamada toxina de adenilato ciclasa (TAC). Una vez que las bacterias de la tos ferina (por ejemplo) se han adherido a las células de los bronquios, se activa un gen de la bacteria y se produce la TAC, que actúa como un campo de fuerza contra el sistema inmunitario. La TAC impide que el sistema inmunitario reconozca las bacterias actuando como un factor antiinflamatorio y anti fagocítico. Esto da a las bacterias unas dos semanas de ventaja antes de que el sistema inmunitario se dé cuenta de que ha sido engañado. Por el contrario, en el caso de la inmunidad natural contra la tos ferina, la TAC forma la base de la reacción inmunitaria inicial. Esta reacción inmune de primera línea es fundamental y no solo para eliminar la primera tanda de bacterias de la tos ferina, sino también para eliminar las bacterias en una posterior infección. En la inmunidad natural, el cuerpo reacciona con mucha fuerza contra la TAC, pero los vacunados, debido al pecado antigénico original y la ausencia de TAC en la vacuna, no están programados para reaccionar en modo alguno contra ella. Las vacunas no generan anticuerpos contra esta toxina, porque, hasta hoy, nadie ha averiguado cómo incorporar ese antígeno a la vacuna.

Thomas Francis

Thomas Francis